Este artículo es el primero de una serie de artículos sobre la catequesis para y con las personas con discapacidades. Surgen sin cesar tecnologías y medios de comunicación nuevos y se ponen al servicio de este noble objetivo. Desafortunadamente, nuestro tiempo es también uno que es testigo del aborto, de la eutanasia, y del racionamiento médico de la vida de los que la sociedad pueda juzgar como "no necesarios", apropiándose el derecho de cometer estas atrocidades en el nombre de la misericordia".
En la Grecia y la Roma antiguas, mataban abiertamente a las personas consideradas "defectuosas" o se les abandonaba a la muerte. En los Evangelios vemos que si una persona padecía alguna discapacidad, las demás lo atribuían a sus pecados o a los pecados de sus padres. Jesús derrocó esta visión y se puso a cambio a sanar a los ciegos, a los sordos y a los que sufrían de alguna otra discapacidad, Basta leer el Evangelio según San Marcos para saber que Jesús sanaba a los que padecían estas condiciones y hasta resucitaba a los muertos.[i] San Mateo registra la misión que Jesús confió a sus discípulos resaltando el hecho de que aún ellos estarían involucrados en la sanación: "Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo" (Mt 10:8).
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