Valodas

Franciscan at Home

Forming those who form others

Hablemos de cosas prácticas: Notas desde la parroquia

a catequesis parroquial es una empresa un tanto desagradable. El catequista sabe del asombro y del gozo de aquellos que escuchan y creen; pero también de la pena al mirar a los tibios que se van alejando a la deriva. Hay frecuentemente un enfrentamiento diario con padres estresados y sobre extendidos en sus compromisos, adolescentes desinteresados y textos pobremente escritos. Al pelear por un espacio dentro de la parroquia, contestar dudas sobre el velo para la Primera Comunión, o explicar por qué un mejor amigo budista no cuenta como testigo cristiano para el bautismo, ¡el idealismo que acompañó a ese primer llamado catequético puede comenzar a disminuir! La pregunta comienza a filtrarse por los recovecos de la conciencia del catequista: “¿en qué estaba yo pensando?”

He trabajado desde hace 35 años con mi esposo como catequista voluntaria en la preparación pre-sacramental (especialmente, la preparación al matrimonio), así como la catequesis de adultos jóvenes y durante los últimos 23 años en el proceso de catecumenado (RICA). Ahora, como Directora de la Educación Religiosa en una parroquia sub-urbana de 1200 familias, yo sigo siendo catequista, pero además ¡preparo el café, acomodo las sillas, hago las hojas de Excel, hago anuncios, doy consejos, analizo textos, y mendigo presupuestos para todo aquello que necesita hacerse!

Después de decir esto, admito, lo amo todo.

La Iglesia santifica el tiempo, y el ritmo de la vida y la muerte es la melodía que está organizada como una gran sinfonía levantada hacia el trono de la gracia con cada oración y acción sacramental que se pronuncia. Como catequistas, estamos al servicio de este misterio. Esta temporada del año, el final del año litúrgico y el paso al Adviento y a un nuevo año litúrgico, le da al catequista la oportunidad de contemplar nuevamente los comienzos y los finales. Al prepararnos y al preparar a los otros para que contemplen con asombro a Dios encarnado en el pesebre de Navidad, nos recuerda que la llamada a la conversión del Bautista todavía nos habla hoy. Este mundo tendrá un fin y nos pondremos delante del Señor Jesús y nos someteremos con nuestros trabajos, triunfos, pecados y tragedias a su Juicio Divino. Qué tan bien nos permitamos a nosotros y a nuestros trabajos configurarse con Cristo tiene consecuencias eternas, te rogamos Dios, que todo monte se allane y que todo valle se levante.

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Patty Norris is the Director of Religious Education at St. Elizabeth Ann Seton Parish in Milford, OH.  She also serves as the Director of Seminars and Board Member for the Association of Catechumenal Ministries (ACM) with Gary, her husband and partner in ministry. 

This article is from The Sower and may be copied for catechetical purposes only. It may not be reprinted in another published work without the permission of Maryvale Institute. Contact [email protected]

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Current Issue: Volume 10.4

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