Esta nueva serie examina rasgos claves de la cultura contemporánea que caracterizan el “campo” en el cual los catequistas siembran la palabra hoy en día.
‘¡La verdad no existe!
‘¡Quizás para ti eso se malo, pero para mí está bien!’
‘¡La belleza está en los ojos de quien mira!’
Todos hemos escuchado estas máximas de alguna forma u otra. Expresan una postura filosófica por la cual muchas personas rigen sus vidas: el relativismo. En una homilía dada el lunes 18 de abril de 2005, el Papa Benedicto XVI habló de ‘la dictadura del relativismo’. La catequesis de las personas inmersas en una cultura de relativismo es una de las tareas catequéticas más difíciles de nuestro tiempo.
Dicho de manera muy sencilla, el relativismo no permite que exista nada objetivo en términos de verdad, belleza o bondad. Algo se tiene por verdadero, bello o bueno solo en relación con lo que el individuo piensa o cree. Una declaración como, ‘Hay un Dios’, puede ser verdad para ti, pero no para mí, ya que todo es solo opinión. Una obra maestra, como la Pietà por Miguel Ángel, puede ser bella para ti, pero no para mí, ya que nada se tiene por bello de por sí sin salvedades o condiciones, ya que todo es meramente cuestión de gusto. Una acción en particular, como el matar directamente a un ser humano inocente, quizás sea mala para mí, pero no necesariamente para ti, ya que en último término el relativismo no permite ningún absoluto moral.
The rest of this online article is available for current Guild members.
This article is from The Sower and may be copied for catechetical purposes only. It may not be reprinted in another published work without the permission of Maryvale Institute. Contact [email protected]