“La evangelización es la misión fundamental de la Iglesia. Es también un proceso continuo de encuentro con Cristo, un proceso que los católicos hispanos han hecho muy suyo en su planeación pastoral. Este proceso genera una mística (teología mística) y una espiritualidad que conduce a la conversión, comunión y solidaridad, tocando cada dimensión de la vida cristiana y transformando cada situación humana.”[1]
Con el motivo de este hito importante que marca la publicación del influyente documento de la USCCB (Conferencia de los Obispos Católicos de los Estados Unidos) sobre la formación en la fe para los adultos, Our Hearts Were Burning Within Us (Nuestro corazón ardía), al que nos referimos en adelante simplemente como “el documento”), publicado en el umbral del nuevo milenio, vale la pena reflexionar sobre su impacto e influencia sobre el ministerio hispano en este país. Mucho ha sucedido desde entonces, aunque persistan ciertos retos significativos.
Algunos principios pertinentes
Aunque el documento no se dirija explícitamente a la comunidad hispana u otras comunidades culturales específicas, una cierta cantidad de sus principios rectores señalan algunas realidades destacadas. Estos principios serán la piedra de toque para esta reflexión. Primero, las personas siempre prefieren rendir culto donde se sienten a gusto y en casa. Segundo, la fe en su relación con la familia es un factor crítico en toda tradición religiosa. Y finalmente, las costumbres sociales y la devoción popular en armonía con el Evangelio deben de respetarse, afirmarse y celebrarse.
Lo primero es lo primero – la bienvenida y la hospitalidad
Aunque falten datos referentes al número de hispanos que han dejado a la Iglesia Católica, la información actual sugiere que una proporción significativa de hispanos bautizados como católicos se une a otras denominaciones cristianas y tradiciones religiosas cada año; incluyendo grupos fundamentalistas e iglesias “de escaparate” – muchas de las cuales conservan tradiciones culturales hispanas que por lo demás pudieran considerarse “católicas”, incluyendo las quinceañeras (celebración con una misa de acción de gracias al cumplir las niñas los quince años de vida) y celebraciones de la Epifanía.
Las personas recién llegadas a menudo encuentran que la estructura de la parroquia y el estilo de culto son muy distintos de lo que experimentaban en su país originario. En este ambiente desconocido, son a menudo el blanco de lo que pudiéramos clasificar como proselitismo agresivo de parte de grupos no católicos. Además, se les ofrece transporte, muchos tipos de asistencia, predicación talentosa basada en la Escritura, y una comunidad amistosa a la cual pueden pertenecer.
Todo esto destaca la necesidad urgente de parroquias católicas que proporcionen una atmósfera acogedora y hospitalaria a las personas recién llegadas, incluyendo ministerios, dirigentes de pastoral y personal de habla española cuando sea posible. Además, las parroquias católicas deben de tener en mente varios factores que puedan contribuir a que los hispanos no se sientan bienvenidos en la Iglesia Católica y que les hace aún más dispuestos a buscar un hogar en otras tradiciones de la Fe. Entre estos factores encontramos: una actitud no verbal de parte del personal de la parroquia o de los mismos parroquianos que dice que son unos “indeseables”; reglas y formatos excesivos y abrumadores; y el requerimiento de que produzcan evidencia de sobres con sus aportaciones antes de que puedan recibir los sacramentos.[2]
Formación en la Fe para adultos – variada y diversa
Como nota el documento, una exitosa formación en la Fe para adultos puede “lograrse por medio de una gran variedad de formas, sistemática y ocasional, individual y comunitaria, organizada y espontánea.” [3] De todas las parroquias con un ministerio hispano activo, casi el 80% ofrece iniciativas para la formación en la Fe para hispanos adultos. Aunque sean relativamente pocas las personas que asistan a esta formación en la mayor parte de las comunidades, en especial en comparación con el número de niños hispanos inscritos en programas de educación religiosa, la gran mayoría de estos programas se ofrecen en lengua española. [4]
De acuerdo al Dr. Hosffman Ospino, muy respetable investigador y profesor auxiliar de ministerio hispano y educación religiosa en Boston College y quien realizó un estudio decisivo sobre el ministerio hispano en parroquias católicas, las cinco áreas más comunes para la formación en la fe de los adultos hispanos en parroquias con ministerio hispano son:
- RICA (69% de parroquias con ministerio hispano)
- Grupos de Estudio Bíblico (60% de estas parroquias)
- Programación Continua Catequética (42% de estas parroquias)
- Comunidades Eclesiales de Base (30% de estas parroquias)
- Grupos de Oración / Talleres (19% de estas parroquias)
Otras áreas mencionadas para la formación de la fe de los hispanos adultos fueron: preparación para el Bautismo, grupos de oración de católicos carismáticos, y preparación para el Matrimonio.[5]
Familia y Comunidad
La tradición de dedicación a la familia es uno de los rasgos distintivos de la cultura hispana. Sea la familia nuclear o extendida, la unidad familiar ha sido el lugar privilegiado para el cultivo y la expresión de los principios cristianos. Es dentro de la familia que la evangelización primero se experimenta y la espiritualidad se desarrolla. No obstante, esta fortaleza no debe de darse por sentado. Las familias hispanas están experimentando las mismas presiones sociales y económicas que enfrentan las demás. La unidad de la familia hispana enfrenta una amenaza especial por el desarraigo en nuestra sociedad móvil – y por la pobreza y las tensiones de la asimilación, lo cual a menudo conduce a brechas entre las generaciones y obstáculos en la comunicación por diferencias de idioma dentro de la familia y crisis de identidad en los jóvenes.[6]
Es de vital importancia apoyar a los apostolados de pastoral que identifiquen y se dirijan a estos asuntos por medio de una asistencia a las familias en general y a las familias hispanas de manera particular. Algunas de las acciones de pastoral implementadas a nivel parroquia incluyen retiros para parejas casadas, especialmente los A.C.T.S. (Adoración, Comunidad, Teología, y Servicio), sesiones de convalidación de información y preparación para el matrimonio, así como grupos de formación y grupos sociales para hombres y mujeres para fortalecer los lazos comunitarios y sociales. Los Caballeros de Colón es el movimiento apostólico más popular entre los hombres hispanos, y grupos emergentes como el apostolado internacional de evangelización basado en las parroquias, la Asociación Mexicana para la Superación Integral de la Familia (AMSIF, Mexican Association for the Integral Improvement of Family Life), están ganando rápidamente en popularidad. AMSIF proporciona una formación semanal, así como talleres sobre el cuidado y la educación de los hijos, el desarrollo de una vida familiar saludable y otros temas de interés para mujeres con familias jóvenes en sus propias parroquias. Estas sesiones pueden llevarse a cabo en inglés y en español o en español solamente. Otros movimientos apostólicos han desarrollado una extensión específica hacia las familias hispanas, tales como el movimiento de Cursillos, la Legión de María, y especialmente el Movimiento de Renovación Carismática Católica la cual tiene presencia activa en la mitad de todas las parroquias con un apostolado hispano.[7]
Al tratar el tema de las familias, es significativo notar que los hispanos son la población más joven de los Estados Unidos. La mediana de edad de los hispanos estadounidenses es de 27 años. Aproximadamente el 40% de todos los hispanos del país tienen 21 años o menos.[8] Esto señala el predominio de familias jóvenes en la comunidad hispana y la necesidad de una pastoral activa y relevante para jóvenes y jóvenes adultos hispanos en apoyo a la vida familiar.
La espiritualidad y la vida de devoción
La espiritualidad hispana es ejemplo de la profundidad con la que puede permear el cristianismo las raíces de una cultura. Aunque los católicos hispanos sean extremadamente diversos, y provengan de 19 diversos países latinoamericanos, además de Puerto Rico y España – desde que fuera introducido el Evangelio en este continente y hemisferio hace más de 500 años – el cristianismo en general y el catolicismo en particular es uno de los rasgos que define a la cultura tradicional hispana.
La devoción a la Santísima Virgen María es parte integral del culto católico y de la piedad popular en toda la Iglesia, y de manera particular en Latinoamérica. Además de la obra de los misioneros europeos religiosos y laicos, hay varias razones socio-culturales por la cual la piedad mariana ha encontrado un terreno excepcionalmente fértil en Latinoamérica.[9] Basta con visitar una parroquia estadounidense con una comunidad hispana significativa o viajar a cualquier país latinoamericano para ver esta devoción en todo su esplendor. El Papa Francisco nos recuerda que no debemos de subestimar esta expresión de la fe. “En la piedad popular, por ser fruto del Evangelio inculturado, subyace una fuerza activamente evangelizadora que no podemos menospreciar: sería desconocer la obra del Espíritu Santo. Más bien estamos llamados a alentarla y fortalecerla para profundizar el proceso de inculturación que es una realidad nunca acabada. Las expresiones de la piedad popular tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización.”[10]
Prioridades nacionales
La formación en la Fe para adultos se ha descrito como el eje alrededor del cual giran todos los esfuerzos catequéticos de la Iglesia. [11] Junto con modelos y materiales de liderazgo basado en la parroquia y de desarrollo humano para las familias, una catequesis con fuertes fundamentos bíblicos y evangelizadoras que se relaciona lingüística y culturalmente a la experiencia de la comunidad hispana han sido identificados como prioridades nacionales en el reciente Encuentro Nacional de Católicos Hispanos Estadounidenses con los Obispos de los Estados Unidos, a menudo conocido como el V Encuentro Nacional.[12]
Los Obispos de los Estados Unidos han prometido seguir apoyando el llamado al ministerio hispano. “Reconocemos las realidades de la presencia hispana en los Estados Unidos… y la necesidad urgente de lanzar esfuerzos nuevos y creativos. Para inaugurar esta nueva era en la Iglesia, se van a requerir ajustes considerables de parte de los hispanos y también de los no hispanos. Sin embargo, tenemos la esperanza de que el compromiso de pastorear a los hispanos conduzca a la confirmación de la catolicidad y una revitalización de todos los esfuerzos para cumplir la misión esencial de la Iglesia.”[13]
Toda la Iglesia está llamada a caminar juntos al lado de nuestros obispos y del Santo Padre hacia una cultura de encuentro, acompañamiento, y discipulado misionero a favor del Reino de Dios. Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América y Estrella de la Nueva Evangelización, ¡ruega por nosotros!
Gloria F. Zapiain, M.A., es Directora del Secretariado para la Evangelización y Catequesis en la Arquidiócesis de San Antonio, TX. Ha servido a la misión catequética de la Iglesia al nivel parroquial, diocesano, nacional e universitario desde hace más de treinta años – al este y al oeste del Río Misisipí tanto en inglés como en español. Gloria funge también como Coordinadora de la Pista de Certificación PCL (Líder de Catequesis Parroquial) de la Conferencia Catequética San Juan Bosco y es miembro de la mesa directiva de la Asociación para el Ministerio Catecumenal.
Notas
[1] USCCB, Encuentro and Mission: A Renewed Framework for Hispanic Ministry (Encuentro y Misión: Un marco de renovación para el Ministerio Hispano), 2002, no. 26.
[2] Ibid., no. 65
[3] USCCB, Our Hearts Were Burning Within Us (Nuestro corazón ardía), no. 98, citando el Directorio general para la catequesis art. 51, citando DCG art. 19d.
[4] Hosffman Ospino, Hispanic Ministry in Catholic Parishes, A Summary Report of from the National Study of Catholic Parishes with Hispanic Ministry (El ministerio hispano en las parroquias católicas, un resumen del informe del Estudio Nacional de Parroquias Católicas con Ministerio Hispano), 2014, 36. Bilingual edition: English and Spanish. Our Sunday Visitor Press (2015).
[5] Ibid.
[6] USCCB, The Hispanic Presence: Challenge and Commitment (La presencia hispana: reto y compromiso), 1983, III, j.
[7] Ospino, Hispanic Ministry in Catholic Parishes (El miisterio hispano en parroquias católicas), 17
[8] USCCB, The Hispanic Presence: Challenge and Commitment (La presencia hispana: reto y compromiso), 1983, 6.
[9] Cf. Gerardo T. Farrell, María en la Evangelización de la Cultura Latinoamericana, 1982, Vol. 8, n. 32.
[10] Papa Francisco, Evangelii Gaudium, art. 126.
[11] Cf. General Directory for Catechesis (Directorio general para la catequesis), art. 275.
[12] V Encuentro Report at the Fall 2018 USCCB General Assembly (Informe sobre el V Encuentro en la Asamblea General de Otoño 2018 de la USCCB), V Encuentro.org; Resources, National Event Resources, PowerPoint Presentation, Slide 18.
[13] USCCB, The Hispanic Presence: Challenge and Commitment (La presencia hispana: reto y compromiso) IV. 13.
Spanish translation by Althea Dawson Sidaway: [email protected]
This article is from The Catechetical Review (Online Edition ISSN 2379-6324) and may be copied for catechetical purposes only. It may not be reprinted in another published work without the permission of The Catechetical Review by contacting [email protected]