Continuando con nuestra reflexión sobre las supuestas y preocupaciones de la cultura y catequesis contemporáneas, quiero considerar el pensamiento de un maravilloso intelectual católico, Dietrich von Hildebrand, y sus aportaciones en un ensayo titulado “Eficiencia y santidad” (The New Tower of Babel, reimp. 1977). En este ensayo, trata de lo que denomina la ‘herejía de la eficiencia’. Lo que allí dice tiene una profunda relevancia para nuestra catequesis. Von Hildebrand detalla tres maneras en que se puede entender esta herejía de eficiencia. Exploraremos ciertos aspectos de esta herejía en éste y en el siguiente número de El Sembrador.

Una forma de entender la herejía de la eficiencia es que está enraizada en una idolatría de los logros del hombre. Los logros grandiosos son considerados como el valor mayor del ser humano. Con esto, el centro de gravedad del ser humano se ha desviado de lo que es el hombre a lo que hace el hombre. Esta idolatría del logro no solamente afecta las maneras en que nos juzgamos, sino en cómo nos juzgamos a nosotros mismos. Reemplazamos la ideal auténtica de la santidad con el mero logro de ‘cosas grandes’.