El Catecismo hace una pregunta que es tan sencilla, más sin embargo es una que a muchos de nosotros nunca se nos ha ocurrido preguntar: ‘¿Porqué el Verbo se hizo carne?’
La asombrosa respuesta está al corazón del mensaje evangélico y del discurso misionero que invitamos a los adolescentes a oír y aceptar en sus corazones.
‘El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios.’ i Jesús nació para morir, para sacrificarse para que nosotros fuéramos reconciliados con Dios. Dios nos salvó ‘enviando a su propio Hijo, en una carne semejante a la del pecado, y como víctima por el pecado. Así Él condenó el pecado en la carne’. ii
No hay nada más dramático que la historia de nuestra salvación, pero para poder comprenderla, debemos de contarla como cualquier otra historia: en orden.
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